China celebra el décimo aniversario de la Iniciativa de “La Franja y la Ruta” (BRI por su sigla en inglés), con el objetivo de reactivar este ambicioso programa de infraestructuras que es fundamental para sus aspiraciones globales. El presidente chino, Xi Jinping, lidera la celebración en Pekín esta semana, con representantes de más de 130 países esperados en el Foro de la BRI, reporta WSJ.
Pese a la asistencia de los máximos dirigentes de algunos países, existen indicios de que la iniciativa está recuperando impulso después de una disminución en los préstamos y la construcción durante la pandemia. En los primeros seis meses de 2023, las empresas chinas han firmado acuerdos relacionados con la BRI por un valor conjunto de US$40.000 millones, según datos del American Enterprise Institute (AEI). Si este ritmo de actividad se mantiene, superará los US$68.000 millones alcanzados en 2022.
Acuerdos disminuyen en magnitud
Sin embargo, antes de la pandemia, los desembolsos anuales de la BRI superaban los US$100.000 millones. Además, el tamaño medio de los acuerdos ha disminuido en comparación con el periodo previo a la pandemia. Analistas que siguen de cerca el proyecto sugieren que el BRI no recuperará su escala anterior pronto, dado el enfoque más cauteloso de Beijing y la incertidumbre sobre la participación de los países después de problemas de deuda que afectaron a prestatarios del BRI como Sri Lanka y Zambia.
Derek Scissors, investigador del AEI, señaló que Beijing busca reactivar el BRI en la era postpandémica, pero no necesariamente a los niveles de actividad observados previos a la pandemia.
El proyecto
La Iniciativa de la Franja y la Ruta fue lanzada por Xi Jinping en 2013 con la promesa de financiar y construir una amplia gama de proyectos de infraestructura en Asia, Europa, África y América Latina. Se la ha llamado “el proyecto del siglo” con el objetivo de estrechar los lazos entre estas regiones. Para los países en desarrollo, la BRI ofrecía la oportunidad de renovar sus infraestructuras sin las condiciones estrictas que suelen acompañar a la ayuda occidental para el desarrollo.
En años recientes, China proporcionó miles de millones de dólares en ayuda a países con dificultades para reembolsar sus préstamos de la BRI debido a la pandemia y al aumento de los tipos de interés. Sin embargo, esto ha suscitado críticas, ya que los prestamistas chinos fueron acusados de retrasar la reestructuración de la deuda.
Otro desafío para el país asiático es el creciente escepticismo hacia la BRI, especialmente en países occidentales preocupados por su dependencia de la economía china. Xi Jinping y otros líderes chinos esperan que el foro de la BRI despierte un renovado interés, particularmente entre las economías en desarrollo que buscan inversiones en infraestructura.
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